Escrito sobre el amor.
Creo que ya en otras ocasiones he escrito sobre el amor,
pero siempre que hablé del amor fue relacionado a alguna experiencia personal o
amor de pareja, esta vez quiero hacerlo de manera general, reuniendo no solo experiencias
de noviazgo o familiares, sino también algunas que he llegado a conocer.
Cuando se es joven se cree que vamos a serlo toda la vida y
no valoramos lo que tenemos, sea nuestros padres, abuelos, tíos, hermanos; y
nos resulta cansado y hasta aburrido cuando alguno de ellos nos tratan de dar
algún consejo, al igual que las amistades y los verdaderos amigos porque sí,
están las amistades que nos ofrecen momentos de diversión, nos invitan a probar
sustancias y hasta a hacer cosas que ante la sociedad son mal vistas, con el
típico pretexto de “yo soy yo, y yo veré que hago con mi vida”.
En este momento no entendemos es que no solo nos hacemos
daño a nosotros mismos sino también a nuestros seres más cercanos. Por otro
lado están los verdaderos amigos, que nos ayudan a tomar mejores decisiones, a
ser mejores personas cada día, si caemos nos ayudan a levantarnos, quizás no lo
veamos, pero cuando se vienen las pruebas de la vida los primeros que están ayudando,
solo que en esta etapa de nuestra vida a la que hago referencia muchas veces no
somos capaces de discernir que es lo mejor nos conviene, y las personas que están
pendientes a ayudarnos nos parecen aburridos y/o molestos y sin darnos cuenta vamos
desperdiciando oportunidades valiosas.
A veces somos consientes de estas oportunidades, pero entonces
encontramos otro pretexto “Ya vendrá otra oportunidad” y así de esta manera
vamos dejando pasar y así como van pasando las oportunidades también van pasando
los años. Después de haber desperdiciado todas las oportunidades llegamos a un
punto de nuestra vida donde nos preguntamos el porqué de nuestra situación actual
y entonces volvemos a caer en el mundo de las excusas y empezamos a buscar
culpables, y no somos capaces de revisar nuestro camino, de ver todo lo que
hemos hecho, se nos hace difícil y hasta doloroso. Nos preguntamos donde están
nuestros familiares, nuestros amigos y ahí es donde nos empezamos a sentir
solos, desdichados y culpamos a los demás de actitudes y decisiones de las que
solo nosotros somos responsables.
De todos los aspectos de nuestra vida debemos tener presente
qué “quienes nos aman jamás nos dejan y siempre están presentes en el corazón”(Sirius
Black), y tomando unas palabras acerca de esta cita, dice: “ Que esta frase podemos
aplicarla no solo a los seres que ya no están con nosotros en esta vida, sino
precisamente a los que están con nosotros en la tierra, una persona que de
verdad te ama nunca nos dejarán solos”, y creo que no soy el único que lo ha
vivido pero como dije anteriormente, curiosamente estas personas que nos
parecen aburridas son las primeras en acercarse a preguntar si necesitamos algo
y aun así nosotros decimos “no, necesitamos nada”, ellos permanecen cerca y
atentas, claramente respetando el espacio personal.
Espacio personal, cuan importante es esto, las personas que
nos aman siempre nos aconsejan y están
cerca, pero siempre respetando este espacio y de esta manera nos demuestran
todo el aprecio que nos tienen, mientras que las personas que solo buscan un
momento de diversión son las que menos respetan nuestras decisiones y mucho
menos nuestro espacio personal, <<Durante toda tu vida, en todo tiempo y
lugar ten amigos de verdad o búscalos>> dice san Agustín, de esos amigos
que aman con el alma de esos que no es necesario estar viendo a cada momento
para saber de ellos, de eso que con solo un pequeño espacio basta para saber
que ha sido de su vida.
Yo pienso y creo que nuestra familia debe ser el primer
grupo de amigos (claramente respetando los roles) y que nuestros verdaderos
amigos deben unirse a nuestra familia, que estos grupos sean nuestro punto de
descanso y confianza. ¿Como darnos cuenta que esa persona nos quiere o nos ama?
Pues no hay una respuesta que nos diga el paso a paso para darnos cuenta, solo
con el avanzar del tiempo y prestando atención a las actitudes de esa persona y
los consejos de nuestros seres más cercanos que quieren lo mejor para nosotros
iremos discerniendo lo que esa persona busca de nosotros.
Pero ¿Quiénes somos nosotros para juzgar? Pues nadie todas
las personas podemos transformar nuestra vida, pero hay eventos que nos
demuestran que de verdad estamos cambiando o solo estamos actuando para ser
aceptados, quizás de momento nos puede parecer que es solo actuación pero con
solo ir prestando atención a los primeros gestos de la otra persona o de
nosotros mismos entendemos que es lo que de verdad busca esa persona, ejemplo:
Nos invitan a una fiesta, por quedar bien nos acercamos a dicho evento, resulta
que desde antes vamos indispuestos y entonces ese momento se nos hace difícil y
empezamos a decir: “es que aquí no me quieren”, “que aburrido”, “por qué no nos
vamos” y podría seguir poniendo ejemplos de este tipo, pero como he venido
diciendo empezamos a culpar a los demás sin antes revisar el ¿cómo? y el ¿por
qué? De mi presencia y la actitud con la que llegué, que distinto sería si cambiáramos
nuestra actitud de frente a la vida, si escucháramos a las personas que nos
aman y que nosotros también amamos.
Jose Durán.
Comentarios
Publicar un comentario