Cuando pensamos que no somos escuchados...
Los santos son así como amigos en común entre Dios y nosotros, ellos interceden por nosotros ante Dios por cualquier favor que le estemos pidiendo a Él y que es Él quien tiene el poder y la sabiduría para concédenos según su voluntad. Ahora bien, quiero poner un ejemplo para tratar de explicar esto que estoy diciendo: cuando estamos jóvenes y queríamos salir con un amigo ya fuera a jugar o a pasear nosotros pedíamos permiso pero nuestra suplica tomaba más fuerza cuando llegabamos a pedir el permiso los dos juntos, recuerdan que nuestro amigo nos decía dígale usted y empezaba una especie de contienda entre nuestro amigo y nosotros y al final la súplica salía de ambos. Bueno algo así es cuando le pedimos a los santos de nuestra devoción; que nos ayude a pedirle a nuestro Padre Dios, ellos nos ayudan pero también nos invitan a pedirle también nosotros.
Dejemos en claro que ellos no nos conceden los favores que pedimos solo nos ayudan a que seamos escuchados por Dios, que ya nos está escuchando pero nuestra suplica es fuerte si pedimos ayuda a nuestros amigos y hermanos mayores en la fe, ellos que gozan de la presencia de Dios
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