El corazón duele cuando dejamos entrar a alguien y este empieza a tratar de cambiar los anhelos sentimientos que tenemos y sin previo aviso sale, pero duele más cuando nos corresponde entrar a nosotros mismos a ese lugar y nos toca ajustar todas las cosas que tenemos en nuestro corazón, eso sí es bien difícil, pero nadie más podrá hacerlo sino solo nosotros. Las heridas sanan solo si las mantenemos limpias y mientras tratamos de mantenerlas limpias las heridas sangran esta situación es la que nos ayuda a ir sanando, que se lleva su tiempo pues claro, no es para nada fácil. Si entramos primero a nuestros corazones y acomodamos y mantenemos limpio ese lugar tan maravilloso podrá llegar cualquier persona que por más que trate de hacernos daño no lo va a lograr, quizás duela, pero, por todo lo que hemos llegado a hacer nos será fácil afrontar ese dolor. El dolor siempre trae consigo muchas lecciones y también atrás de él viene el amor, la mejor medicina.